Reflexión profunda
La magia de los dÃas recorrÃa cada poro de su piel. Sus ojos reflejaban el aire del oceano y el calor de las montañas. Su caminar, decidido y firme, le permitÃa recorrer los mundos por los que divagaba con extremada precisión.No perdÃa detalle de cuanto se movÃa a su alrededor. SabÃa que a medida que caminaba, el mundo se generaba a su alrededor, pues era el personaje principal de su historia, el punto de encaje con el resto de seres que existÃan más allá de su cuerpo. SabÃa que habÃa venido a este mundo a llenar su mente de ideas nuevas, a ganar sabidurÃa, a prestar atención a cada minúsculo detalle que distorsionara la realidad conocida. Cada segundo era importante. Cada sonido revelaba información nueva acerca de su entorno. Cada movimiento de sus ojos atrapaba instantes de verdad, ápices de energÃa en movimiento llamada realidad.
La luz colisionaba en las aristas de las más bellas figuras, dando forma y color a la materia. Figuras cuyo interior brillaba, pues sus moléculas emitÃan destellos y sombras fugaces que los ojos no podÃan concebir, pues ya no los usaba para reconocer el entorno. Su mayor proeza fue llegar a percibir, tal y como fluyen, las corrientes sin encriptar de impulsos que desprenden los mismÃsimos átomos que componen las formas que reconocen los órganos insertados en nuestras cuencas oculares.
Cada pieza de fruta ingerida era un placer. El agua pura bebida directamente del rio saciaba una sed de libertad que permanecÃa escondida desde que nos enseñaron a comportarnos tal y como se deben comportar nuestros semejantes. Ver bailar las hojas que cuelgan de los árboles, y recordar que ese ser que me alimenta de oxÃgeno, está tan vivo como lo estoy yo, que su vida es tan importante como puede ser la mÃa, y que además me lleva miles de años de experiencia, pues ellos, los árboles, estuvieron aquà desde el principio, y si decidieron anclarse al suelo y no moverse es su decisión. No por ello debemos creernos superiores a ellos porque tengamos la capacidad de caminar.
Reflexiones de una soleada y bonita tarde de domingo.
duhnn